Como tercera jornada de nuestros encuentros cántabros los Amparos nos llevaron a tomar baños de sol a un pintoresco pueblo llamado Bárcena Mayor. El sitio era precioso y gracias a Dios el tiempo nos acompañó durante toda la jornada. En la siguiente foto podemos apreciar uno de los solarium que había dispuestos a lo largo de la localidad:
Temiendo una insolación, a mediodía decidimos descansar de tanto ultravioleta en una posada en la que pudimos premiar a nuestros hambrientos estómagos con un frugal almuerzo compuesto por unas pequeñas raciones de saludables productos derivados del cerdo, unas insignificantes perolas de cocido montañés, algunas muestras de alubias con venado y una diminuta degustación de chuletón que nos dejó con las ganas a todos los comensales. Por último nos deleitamos con unos ligeros postres compuestos de helados, chocolates y tartas que no dejaron espacio para la tan saludable fruta que teníamos prevista inicialmente:
El almuerzo fue como siempre un momento íntimo en el que apenas hablamos de nada, ni siquiera del foro y en el que se mantuvo un respetuoso silencio como si de monjes de clausura se tratara. La única excepción fue algún comentario de Marta Amparez , del que prefiero no decir nada suponiendo a que se refería con ese gesto y de quien se trataba viendo la dirección de la mirada de Kamatxo.
Para la digestión decidimos hacer algunos ejercicios de aerobic ligero y en un momento de descanso nos retratamos en esta imagen de despedida de unas jornadas tan estupendas que alguna asistente no pudo evitar aplaudir y completar con una cerrada ovación como se aprecia en la foto.
Aunque suene a repetitivo como en cada kedada: gracias a todos/as por ser como sois y por dejar siempre ese sabor de boca tan bueno que nos hace estar ansiosos por repetir el evento. La única pena es que no siempre podemos asistir todos y que se os echó mucho de menos.
Un saludo y un abrazo de tato y Miren