Hace escasamente una semana conocí el trabajo de
Karl Blossfeldt. Para mí ha sido un total descubrimiento pues, tanto el trabajo como la historia de esta persona, me parece fascinante. Desde entonces cada vez que salgo a la calle voy buscando alguna flor, o fruta, que pueda utilizar para hacer alguna foto. Hace dos días me encontré en el suelo unas frutas de un árbol y decidí llevármelas a casa. En la foto que presento he añadido un ojo, "canibalizado" de una vieja muñeca, para darle un toque subrealista, ya que algunos consideran a Karl un precursor, de manera inconsciente, del subrealismo.