Desde hace tres años uso Ubuntu. Empecé con la 6.10 y ahora uso la 9.10.
Admiro a los que usáis Debian, y hasta me sabe mal que desde Debian se haga tanto trabajo duro para que luego Ubuntu se quede con la fama... pero lo cierto es que Ubuntu me resulta muy cómoda.
Es muy fácil de instalar, y la política de versiones nuevas cada 6 meses (copiada de Gnome) me ha acabado gustando mucho. Así puedo mantener el sistema al dia pero calculando bien cuándo deberé buscarme un hueco de tiempo para actualizar la versión. Y eso, unido a la instalación tan fácil y automatizada, la verdad es que me ahorra muchas horas de trabajo de instalación y configuración.
En eso noté un gran cambio al pasarme a Ubuntu. En aquel entonces llevaba varios años usando SuSE (y luego OpenSuSE). Una distribución completísima, que llegaba a tener 7 u 8 CD's, con todo el software imaginable, pero que en cada instalación te machacaba con preguntas interminables, y te metia en el disco duro infinidad de programas que no sabias ni para qué servian... y te encontrabas que un mes más tarde ya habian lanzado una distribución nueva porque se habia producido un cambio importante en Xorg, o en KDE, o en el kernel... y vuelta a empezar.
Al pasarme a Ubuntu, con un único CD de instalación, que sólo te preguntaba el idioma que querías y tu zona horaria... y te instalaba sólo las aplicaciones básicas para empezar a trabajar desde "ya" con las tareas habituales de escritorio.. pues la verdad es que fue todo un descubrimiento.
Sé que OpenSuSE, Fedora y otras también han avanzado mucho en esa misma línea, pero la verdad es que ahora me costaria dejar Ubuntu, por todo lo dicho.
El cambio a Ubuntu supuso también cambiarme a Gnome, aparcando el KDE que venia por defecto con SuSE. Y a ese cambio también me he acostumbrado. Es un entorno simple y agradable. Una vez habituado a Gnome, en alguna ocasión en que arranqué un live CD con KDE 4, la verdad es que me dejó mareado, y ya no lo probé más.