¿Veis como si yo lo preguntaba era por algo?
Este fín de semana le he grabado a mis padres unas fotos de su nieto, que llevaban meses pidiéndome porque querían hacer un álbum con ellas. El caso es que el Domingo me puse, recopilé todo lo que pude encontrar por mis discos duros, hice una selección de unas 100, y se lo grabé en un CD, para que eligieran ellos y sacaran las que mejor les parecieran.
Hoy me dicen que "ya las han revelado" (que las han llevado a imprimir en papel, vamos). Me pongo a mirar una, y lo primero que pienso: ¿y esta foto con éste encuadre tan raro, la he sacado yo?. Miro la segunda, y lo mismo. Y a la tercera ya me doy cuenta de lo que pasa. ¡Se las han sacado todas en 10x15, cuando el formato original es 4:3! ¡Están todas recortadas! Claro, además, de forma automática y sin ningún criterio (cogotes y pies mutilados, encuandres asfixiantes, objetos seccionados sin más....).
¡Vengo que echo chispas! O sea, que se mata uno dejando las fotos lo mejor que puede y sabe, revelandolas manualmente una a una para ajustar todos los detalles... y viene el tío de turno del laboratorio (o más bien, fotomatón), le da al botón que más a mano tiene, y en 5 segundos te manda al traste todo el trabajo que has hecho. ¡De verdad que me llevan los demonios!.
Voy a ver si consigo quitárselas, tirarlas al cubo de la basura, y llevarlas a imprimir a otro sitio, insistiéndoles bien en que TIENEN QUE SACARLAS EN FORMATO 4:3, porque si ponen "eso" que han traído en un álbum "para la posteridad", me retiro a un convento.