El pasado domingo día 7 de septiembre, con motivo de las Fiestas de Septiembre de Elda, la Patrulla Águila realizó una exhibición de acrobacia aérea que me puso de los nervios, pero que al final me ha quedado un reportaje fotográfico que os puede gustar.
Hasta quince minutos antes de que llegaran los aviones a la zona destinada para las acrobacias creía que me daba algo. Con lo que a mi me gusta pensar la fotografía, medir, estudiar la composición, de donde viene la luz, para donde va,... Sólo a mi se me ocurre meterme en semejante concentración de personas de varios municipios, con un sol de justicia, nada menos que a las 13:30 y sin haber podido planificar el lugar, casi que puedo aparcar. Pero a pesar de todos estos dislates, va la fortuna y se pone de tu lado.
De repente entre todo el tumulto de público me dí cuenta de una zona separada por barreras que señalaban obras. Salté las barreras y me coloqué en el centro de una zona despejada, sin público; aunque quedaba lejos de las gradas destinadas para presenciar el evento, yo me imaginaba, que las maniobras aéreas 200m más o menos, no se va a notar. Había un guarda jurado, pero vio el arsenal con dos cámaras y mochila, que no hizo ningún gesto para llamarme la atención por haberme metido en esta zona de obras. Por fin un espacio para pensar lo que quiero hacer (13:20).
Nunca he fotografiado deportes o escenas con objetos en movimiento, pero más o menos pensé cual serían los ajustes más indicados: Modo semiautomático en prioridad de Apertura (f/11), Autofoco continuo, medición matricial, disparo en modo "metralleta", estabilizador de la cámara encendido y el teleobjetivo 50-200mm instalado en la Olympus E3 y el 12-60mm en la E1. Como no me había llevado trípode, tuve que emplearme a fondo con el pulso, porque casi todas las fotografías son a 400mm (equiv. 35mm) de focal y a pulso, si dura más el evento hubiera perdido el conocimiento de tanto aguantar la respiración.
Como os dije, la fortuna se puso de mi lado y el cielo se cubrió con nubes tormentosas altas que contrastaban enormemente con las estelas de los aviones, el público no invadió la zona donde me coloqué y pude hacer los seguimientos con la cámara prácticamente desde que aparecían los aviones hasta que desaparecían en el horizonte. Los ajustes que seleccioné fueron los adecuados, tuve que compensar la exposición +1VE, porque todas las tomas eran contra las nubes y con siete puntitos negros, uno por cada avión.
El ajuste del estabilizador de la cámara en su posición de estabilización vertical y horizontal, me hizo dudar de si estaba actuando correctamente, debido a que como se trataban de barridos con la cámara, no sabía hasta que punto era efectivo utilizarlo, además las velocidades de disparo tirando contra las nubes fácilmente se iban a más 1/1000s de velocidad f/11 apertura, lo que hace que se pueda prescindir del estabilizador. Aun así, hice todas las fotografías con el estabilizador, seguro que alguna foto se salvó de las vibraciones del pulso.
La exhibición duró muy poco, una media hora, pero que entre idas y venidas les deja poco espacio para maniobras de mucha preparación. En general, estuvieron muy bien los aviones que participaron, había uno de los laterales que le costaba un poco más que al resto coger la posición, lo pillé en unas cuantas fotografías, pero hay que reconocer que ponen los pelos de punta, las pasadas a baja altura emocionaban mucho al público, pero a mi me ponían los pelos punta los vuelos invertidos sin perder la formación, impresionante.