Salud a tod@s:
Durante mi infancia he pateado mucho campo, acompañando a mi padre y, desgraciadamente, acabé viendo muchos galgos colgados de los olivos. A esas edades te llama la atención; yo le preguntaba a mi padre, los miraba extrañado, pero no me conmovían, creo que ni llegaba a sentir pena por ellos... Con el tiempo, y gracias a que vamos viendo las cosas de otro modo, ya no le preguntaba a mi padre, ni a gente de su edad y su entorno, ya tenía yo el suficiente criterio como para hacerme a mí mismo las preguntas y responderlas... afortunadamente, cada vez se veía menos la escena del galgo colgado. Incluso he llegado a ver cómo agentes del SEPRONA le quitaban los galgos a un galguero con la consiguiente multa, por hacerlos correr atados a su moto; aunque todavía se ve alguno abandonado por las carreteras.
Y de las corridas no digo nada porque ya está muy manido el tema...
Pero, ¿por qué ponemos el grito en el cielo con el maltrato a los animales, o la tortura por entretenimiento, y somos capaces de ver un telediario mientras comemos sin ni siquiera inmutarnos?, ¿por qué no nos alteramos cuando cada día oímos que una mujer ha vuelto a caer ante la violencia de su "compañero sentimental"?, ¿o que ha naufragado una patera y han muerto ahogadas las personas que iban abordo?, ¿y tantos casos que afectan a personas como nosotros y nos da igual 8 que 80?.
No estoy justificando lo que hacen los galgueros, ni las gentes del toro, ni los que echan a pelear perros, o gallos... no me estoy poniendo ni a un lado, ni al otro; simplemente me pregunto por qué somos capaces de sentir pena por un animal y cuando vemos en la tele a un niño que le han cortado las manos por nada, bueno sí, quizás sea culpable de haber nacido en algún país subsahariano al que a nadie le importa un carajo que lleven cuarenta años genocidio tras genocidio, y a lo más que llegamos es a cambiar de canal tras un "¡anda, quita eso...!".